El mito de las calorías: ¿Realmente importan?

Rafael Adaui
Jan 22, 2025Por Rafael Adaui


El tema de las calorías es controvertido y complejo. Aunque muchas personas las utilizan como referencia para determinar cuánta comida deberían consumir, la realidad es que las calorías no son tan relevantes ni comparables como podría parecer. Esto se debe a una serie de factores biológicos que hacen que el enfoque simplista de “calorías que entran versus calorías que salen” sea inexacto.

¿Qué son las calorías?

Imaginemos que te comes un sándwich de jamón y queso que, según la etiqueta nutricional, contiene 300 calorías. Este número se calcula midiendo la cantidad de calor generado al quemar el alimento en un calorímetro. Pero aquí está el problema: nosotros no somos hornos. Nuestro cuerpo es un sistema biológico mucho más complejo, con procesos que varían enormemente entre individuos.

El proceso digestivo: un sistema complejo

La digestión de los alimentos comienza en la boca, donde la masticación y las enzimas de la saliva inician la descomposición de carbohidratos. Una vez que el alimento llega al estómago, los ácidos gástricos y las enzimas continúan descomponiéndolo en moléculas más pequeñas. Posteriormente, pasa al intestino delgado, donde la bilis y las enzimas pancreáticas descomponen las grasas, las proteínas y los carbohidratos en componentes aún más simples: ácidos grasos, aminoácidos y azúcares simples. Estos nutrientes son absorbidos a través de las paredes del intestino delgado hacia el torrente sanguíneo, mientras que los residuos no digeridos continúan hacia el intestino grueso. Este proceso, aunque similar entre personas, puede variar enormemente según factores como la composición enzimática, la salud de la microbiota y el tipo de alimento consumido. Por ejemplo, cuando comes esas 300 calorías del sándwich, podrías absorber solo 200, mientras que las otras 100 pasan de largo. En otras palabras, las calorías que “entran” no siempre se absorben ni se utilizan de la misma manera.

Metabolismo y distribución de nutrientes


Una vez que las calorías absorbidas entran al torrente sanguíneo en forma de azúcar, ácidos grasos o aminoácidos, el cuerpo las distribuye de manera diferente según factores como el metabolismo, el nivel de actividad física y las condiciones hormonales. Por ejemplo:

  • El azúcar puede ser almacenado como glucógeno para obtener energía rápida o convertirse directamente en grasa si no se necesita en ese momento.
  • La grasa puede ser usada como fuente de energía inmediata, almacenada bajo la piel, en las vísceras o incluso en tejidos especializados para generar calor (grasa parda).

La distribución de estos nutrientes también está influida por factores evolutivos. En un contexto ancestral, nuestro cuerpo estaba diseñado para maximizar el almacenamiento de energía en tiempos de abundancia y preservarla en periodos de escasez. Este mecanismo, que fue crucial para la supervivencia, ahora puede llevarnos a acumular grasa con facilidad en un entorno donde los alimentos procesados son abundantes.

Por qué las calorías no lo son todo?


Reducir la nutrición a un simple conteo de calorías ignora las complejas interacciones entre los alimentos y nuestro organismo. Dos personas podrían comer exactamente el mismo sándwich y experimentar respuestas completamente diferentes debido a su microbiota, metabolismo, niveles hormonales y estilo de vida. Además, el tipo de alimento importa: 300 calorías de brócoli no tienen el mismo impacto metabólico que 300 calorías de un refresco azucarado.

Enfoque ancestral: calidad sobre cantidad


Desde una perspectiva evolutiva, tiene más sentido enfocarse en la calidad de los alimentos que en la cantidad de calorías. Prioriza alimentos enteros, densos en nutrientes y minimamente procesados. Estos no solo proporcionan energía, sino también los micronutrientes necesarios para que tu cuerpo funcione de manera óptima.

En lugar de obsesionarte con el conteo de calorías, presta atención a las señales de tu cuerpo, como el hambre y la saciedad. Estas señales han evolucionado para guiar nuestro consumo de alimentos de manera natural, siempre y cuando estemos comiendo una dieta basada en alimentos reales.

Conclusión


El tema de las calorías es mucho más complejo de lo que parece. Aunque pueden servir como una referencia aproximada, no deberían ser el enfoque principal de una alimentación saludable. Considera factores como la calidad de los alimentos, tu microbiota y las señales de tu cuerpo. Al final, un enfoque basado en principios evolutivos y ancestrales puede ser la clave para una salud duradera.